miércoles, 5 de noviembre de 2008

Ángel Rojas--Textos

EL PORQUE DE LOS TRABAJOS DE PICASSO ¡YO CONFIESO!

Debo confesar que mi interés por Pablo Ruiz Picasso surgió al final de la vida del genial artista. Fueron, precisamente, algunos de sus últimos autorretratos, pintados en 1972, (primer, segundo y tercer autorretrato) los que despertaron mi curiosidad por la obra del genio malagueño. Por más que analizara estas obras, pintadas a los 91 años, no pude incluirlas en un único estilo. A razón de lo estudiado, puedo decir que en ellas se mezclan los diferentes estilos que fue atravesando la obra de Picasso, a lo largo de su extensa vida. En estos autorretratos se aprecia tanto la combinación de los distintos cubismos como la simplicidad del trazo que busca una mayor expresividad.
Otro dato que me resultó curioso es que en ellos aparece el concepto de la muerte como un elemento cercano y el artista falleció meses después, en abril de 1973. Al observarlos, tengo la sensación o el pensamiento que el artista sabía que su hora estaba llegando.
Así fue como, ante estos cuadros y los enigmas que ellos me suscitaron, me di cuenta de que sabía muy poco de uno de los hombres que mejor ha reflejado el mundo y las personas del siglo XX. De este modo, esos tres autorretratos se han convertido en el combustible de mi nueva investigación. En ella, pretendo ir más allá de la simple elaboración de un nuevo escrito sobre Picasso. Ésta es una investigación para conocer al hombre, al personaje y al artista.

Yo ya os he contado mi interés por este artista pero os confieso que tengo otra pequeña curiosidad: quisiera saber qué habéis aprendido vosotros de él gracias a vuestros maestros, cómo os hablan del autor en clase y qué obras habéis estudiado. Así que he habilitado una sección en mi blog en la cual espero que me dejéis comentarios sobre en qué momento os atrajo Picasso, qué conocéis de su vida y de su obra, cuál es vuestro cuadro favorito, etc. Pongo a vuestra disposición tres herramientas para hacerme llegar esta información:

* Foro.
* Galería de imágenes.
* Mapas.


LOS MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS HASTA LOS "ISMOS" DEL s. XX


* El Barroco
* El Rococó
* Neoclasicismo
* Romanticismo
* Realismo
* Impresionismo
* Simbolismo
* Modernismo


El Barroco

El Barroco es un estilo artístico fundamentalmente religioso, aparecido durante la llamada Contrarreforma, que se inició en Italia, en los últimos años del s. XVI y que se extendió por toda Europa hasta la segunda mitad del s. XVII como la corriente artística-literaria que debía enfrentarse a las tendencias paganas del Renacimiento, llegando a América, en el s. XVII, de manos de los jesuitas.

Esta corriente fue empleada por la Iglesia Católica como respuesta a los múltiples movimientos culturales revolucionarios que surgieron de una nueva concepción de ciencia y de unas nuevas formas de entender la religión, iniciadas por Lutero y conocidas bajo el nombre de Reforma. La tendencia protestante a construir sobrios edificios para el culto fue contrarrestada por la grandiosidad y la complejidad del Barroco. La arquitectura, la escultura y la pintura fueron utilizadas para dar prestigio a la autoridad papal y para ilustrar las verdades de la fe católica. Por esta razón, se puede afirmar que el Barroco es una expresión estética vinculada a los dos poderes imperantes de la época: la Iglesia y las Monarquías Absolutas.

Su estilo es majestuoso, dinámico, efectista y teatral. Se caracteriza por la acumulación de formas y por el exceso de elementos ornamentales como, por ejemplo, las columnas retorcidas que no han de sostener nada. La arquitectura barroca se reconoce por el predominio de la línea curva sobre la recta. Las superficies se ondulan, las estructuras son elípticas y los muros se doblan y se retuercen, acompañado todo de una gran monumentalidad. En escultura, se prima la función decorativa sobre la constructiva y los bustos buscan efectos ilusionistas. En las grandes pinturas murales se confirma el gusto por la teatralidad, reflejada en los retratos y en los grandes altares de las iglesias, con una complicada y dramática estructura. Destaca el movimiento y el dinamismo de las imágenes que muestran pasiones violentas y exaltadas, así como la iluminación antinatural que produce el claroscuro sobre las figuras en los cuadros.

En Italia sobresalen los nombres de Bernini y Borromini, Pietro da Cortona, Caravaggio y los hermanos Ludovico, Agostino y Annibale Carracci; en Francia, Nicolas Poussin y Georges de la Tour; en los Países Bajos, Rubens y Rembrandt; y en España, Velázquez, Ribera, Murillo y Zurbarán.

En su última etapa, la estética barroca se vuelve tan extremada que adquiere un nombre propio: el estilo Rococó. El fin del Barroco viene determinado por el nacimiento, en el norte de Europa, de un nuevo movimiento que retoma lo clásico, el Neoclasicismo.


Las Meninas, 1656


Velázquez, Las Meninas (1656).



El Rococó

El Rococó se presenta como la culminación del Barroco, aunque los estudiosos no se ponen de acuerdo en determinar si este estilo es autónomo e independiente de su antecesor o si es el movimiento que concluye la exaltación y majestuosidad del Barroco.

Lo que es seguro es que el Rococó surge en Francia, concretamente, en las refinadas cortes de Luis XV y Luis XVI y tiene unas características propias, siendo las más destacables su desvinculación de toda cuestión religiosa, la opulencia, la elegancia y el empleo de colores vivos que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del Barroco. La creatividad es otro de sus rasgos característicos, la búsqueda de la novedad lleva a hacer bellos enseres, sobre todo muebles u otros objetos agradables, saliéndose de la norma, de lo establecido, del rigor. Por otro lado, esta nueva tendencia, ya sea consecuencia o independencia, es un arte eminentemente aristocrático. Está concebido para la clase alta, amante de un estilo mundano, para una sociedad que prioriza la libertad, el buen gusto y el placer.

El Rococó repite los modelos barrocos pero enfatizando los aspectos decorativos en el conjunto arquitectónico. A pesar de emplear materiales de bajo coste, esta tendencia ofrece un aspecto de lujo al abundar los elementos dorados e imitar los materiales nobles. Con el Rococó se impone la acumulación de elementos decorativos basados en líneas ondulantes y en la asimetría.

La representación pictórica del Rococó se centra en fiestas galantes y campestres, damas, rigodones, minués y aventuras amorosas y cortesanas. Por toda razón, se recuperan los personajes mitológicos aportando sensualidad, alegría y frescura a las composiciones en las que la figura de la mujer es la fuente de inspiración, en un escenario de historias pastoriles e idílicas. La consideración de arte frívolo proviene de esta exclusividad de clase pudiente, ajena a los problemas sociales y concentrada en el deleite.

En España, el Rococó fue introducido durante el reinado de los Borbones, a través, sobre todo, de las esposas de Felipe V y de su séquito, quienes consideraban a este estilo un modo cercano y placentero de paliar el aburrimiento de la corte. En nuestro país destacan los artistas Diego de Villanueva y Ventura Rodríguez.

Sin duda, el francés Jean-Antoine Watteau es considerado el más grande autor del Rococó, siendo sus sucesores los pintores François Boucher y Jean-Honoré Fragonard. En Inglaterra, Reynolds y Gainsboroug y, en Italia, Solimena y Tiépolo son sus autores más destacados.

Al igual que el Barroco, el Rococó se desarrolló hasta el surgimiento del Neoclasicismo, en el s. XVIII. Cabe decir que en algunos puntos de Europa convivieron ambas tendencias tan contrapuestas.


Neoclasicismo

El Neoclasicismo es un estilo que supone una vuelta a la pureza de la Antigüedad Clásica, puesto que se inspira e imita los valores clásicos. Nace en Francia, durante la segunda mitad del s. XVIII, como respuesta al Barroco y al Rococó. Sobresalen los temas históricos y mitológicos, predomina el desnudo de estilo griego y las posturas académicas. En arquitectura se recuperan los volúmenes, soportes, cúpulas, las técnicas y las tipologías tradicionales. Las figuras están sometidas a las leyes de la armonía y de la proporción. En pintura y demás artes plásticas, imperan las composiciones, la temática, los cánones de belleza, las técnicas, etc. de los grandes clásicos.

Esta vuelta a las formas y los modelos de la Antigüedad Greco-Romana se debe a la voluntad de recuperar el universo regido por la razón. Por ello, se considera un arte básicamente normativo, donde lo primordial es el dibujo y el color se vuelve subsidiario. Por norma general, se rechaza el movimiento y, cuando está presente, semeja congelado, estable y predecible. Las Academias se convierten en los órganos encargados de sistematizar y reforzar las enseñanzas artísticas y el artista debe realizar obras técnicamente perfectas, en detrimento de su propia espontaneidad y creatividad.

El pensamiento social neoclásico adopta y promueve algunas de las ideas básicas de la Revolución Francesa, como, por ejemplo, la necesidad de un nuevo orden en la sociedad. Así, se construyen iglesias, siguiendo el estilo de templos clásicos, pero también edificaciones civiles como escuelas, hospitales, mercados, cárceles o cuarteles.

El Neoclasicismo en España tiene una vigencia prolongada, sobre todo en lo referente a la arquitectura y a la escultura, y llega a solaparse con el Barroco. La racionalización y la medida espacial, la falta de decoración, el uso de tonos suaves contrasta, por otro lado, con obras de la misma época pero de estilo Barroco, más aceptado y popular que el nuevo estilo neoclásico. En este periodo cada destacar el año 1752 como fecha clave para la entrada del Neoclasicismo en España, puesto que se funda la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, patrocinada por el Estado y modelo a seguir por las creadas posteriormente en Valencia, Zaragoza o Valladolid.

Existen numerosos maestros de la pintura neoclásica como Ingres, Greuze o Prudhon pero de entre todos ellos destaca Jacques-Louis David, quien reproduce los principales hechos de la Revolución Francesa y exalta los mitos romanos, a los que identifica con los valores de la Revolución.


Romanticismo

El Romanticismo tiene su génesis en el movimiento ilustrado del s. XVIII, que reclamaba la autonomía del pensamiento. Es un momento histórico mundial marcado por los sucesivos movimientos de independencia y por un fuerte nacionalismo que, en el caso español, es consecuencia del rechazo a la ocupación napoleónica.

La corriente romántica surge como oposición al Neoclasicismo, ya que es un arte de sentimientos arrebatados y fogosos, lleno de fuerza y libertad. Si el Neoclasicismo vuelve la mirada a la Antigüedad Clásica, el Romanticismo mira a la Edad Media, pero con un desmedido apasionamiento y una fantasía sin precedentes. Se exalta la libertad y el patriotismo, la nostalgia y la desesperanza. Los autores reivindican la libre creación, desligada de las normas y, frente a la razón predominante en el Neoclasicismo, ahora se impone el sentimiento, la pasión se expresa con violencia y se persigue el movimiento desenfrenado. Por este motivo, el Romanticismo es un estilo individualista, es una corriente cultural que se concreta en cada una de las facetas que rodean al individuo. Se destaca la autonomía y la experiencia sensual, prima la valoración de lo subjetivo y del acto creativo frente a todo el conjunto de normas y reglas de la objetividad, otorgando una crucial importancia al mundo de los sentidos, la fantasía y la imaginación.

El arte se relaciona con las creaciones fantásticas y muestra paisajes inspirados en la noche, las ruinas, la naturaleza salvaje, así como la locura, la muerte, los cementerios y las tragedias. En la técnica se recupera la fuerza del color en poderosos contrastes, las posturas y la gesticulación se vuelven arrebatadas y desequilibradas y los claroscuros son muy acusados.

Entre los más destacados pintores debe mencionarse a Géricault, Gros y, sobre todo, a Eugène Delacroix, como máximo representante de este nuevo estilo. En España, Francisco de Goya es considerado como el precursor de este movimiento artístico con su obra La carga de los mamelucos (1814).


Realismo

El arte realista se presenta como un movimiento que intenta plasmar objetivamente la realidad, incorporando las experiencias más directas, tras el agotamiento de los valores románticos. El Realismo alcanza todos los ámbitos de la creación humana aunque tiene una gran importancia en la literatura. En el caso de las artes plásticas, consigue la máxima expresión en Francia, a mitad del siglo XIX, como consecuencia de la situación política y económica generada en Europa, tras la Revolución Industrial.

Los pintores realistas prestan una atención mayor a la observación directa de la naturaleza y a la realidad del momento. Aunque existen algunos matices entre los autores, en general, éstos muestran un interés especial por la situación del proletariado y de las clases sociales más desfavorecidas, surgidas del contexto industrial marcado por la explotación infantil, los horarios excesivos, las condiciones de vida penosas y las viviendas insalubres, entre otros aspectos.

De este modo, ya sea desde una postura combativa o más bien moderada, todos los artistas realistas comparten una estética basada en la representación directa de la realidad. Se dejan de lado los temas banales de los palacios o de los grandes burgueses al defender una pintura sin argumento que implica la simple captura de la realidad. También, se rompe con la rigidez de las reglas oficiales, buscando la verosimilitud con lo que se observa, el retrato fiel de actitudes y de personajes.

El Realismo emplea colores cercanos a la naturaleza con el fin de mostrarla tal cual es. El artista se aleja de la fantasía y de los temas intranscendentes para la sociedad para convertirse en vehículo de denuncia, que deja de lado lo personal y lo subjetivo para mutar en un fin social. Se representan escenas cotidianas, de ambientes urbanos próximos, más reales y cercanos al espectador. En consecuencia, la pintura representa la instantánea del vivir popular.

El modo de transmitir esta realidad varía según el autor. Los tres artistas más significativos del Realismo son Courbet y su crudeza objetiva, la simplificación gráfica de Daumier y el filtro idealista de Mollet.


Impresionismo

El Impresionismo es un movimiento pictórico surgido en Francia a finales del s. XIX en rebeldía a las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes y que se ve apoyado por los críticos de arte, que se encargarán de encauzar el gusto del público, y los marchands, los vendedores de arte o marchantes, que colocan sus cuadros en las mejores colecciones del país. Este movimiento se hizo visible en 1863, cuando un grupo de jóvenes pintores expuso algunas de sus obras en el Salon des Refusés, a modo de réplica contestataria a la exposición de los Salones Oficiales de Otoño, que, según ellos, mostraba un arte estancado y carente de originalidad. Sin embargo, es a partir de la exposición de 1874 cuando se considera que empieza el movimiento impresionista, y Monet es visto como el “padre” de esta tendencia gracias a la obra Impresión amanecer (1872), llamada también Impresión sol naciente. Es curioso señalar que el término impresionistas les fue asignado por el crítico de arte Louis Leroy, después de analizar dicha obra de Monet y parafrasear su título en una despectiva valoración.


Monet, Impresión amanecer, (1872)

Monet, Impresión amanecer, (1872).


El objetivo de los impresionistas es conseguir una representación del mundo espontánea y directa, a partir del análisis de la realidad. Así, se pretende hacer llegar al espectador la percepción visual del autor en un momento determinado, mostrar la luz y el color real que emana de la naturaleza en el instante en el que el artista lo contempla. Los autores del Impresionismo se centran en los colores, en las variaciones cromáticas que conforman cosas y en los efectos que produce la luz natural sobre los objetos dependiendo de las condiciones atmosféricas y de su intensidad, más que en la representación exacta de los objetos. Desde este planteamiento, se eliminan los detalles minuciosos y se pasa a sugerir las formas, empleando para ello los colores primarios (cian, magenta y amarillo) y los complementarios (naranja, verde y violeta) en pinceladas de color cortas y yuxtapuestas, aplicadas directamente sobre el lienzo para conseguir la ilusión de realidad. Como temática cobra relevancia el fascinante mundo de la noche y sus habitantes, los locales nocturnos, el paseo, las cantantes de cabaret, el ballet, los cafés y sus tertulias.

A pesar de que el Impresionismo puro tiene una duración corta, pues cada impresionista evoluciona hacia un estilo individual, cabe destacar los nombres de Claude Monet, Eduard Manet, Degas, Auguste Renoir, Morisot, Pisarro y Sisley. En España, el Impresionismo tuvo varios seguidores destacables como Regoyos, Sorolla, Rusiñol y Casas. El movimiento impresionista ejerce una fuerte influencia durante décadas. Los postimpresionistas Paul Cézanne, Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Mary Cassatt y Vincent Van Gogh estarán muy influenciados por los vivos colores del movimiento impresionista. La obra de Cézanne anticipará el Cubismo, mientras que la de Gauguin y Van Gogh representará el comienzo del Expresionismo.


Simbolismo

El Simbolismo es un movimiento literario y plástico, de origen francés, que irrumpe en Europa, a lo largo del último tercio del s. XIX, en respuesta tanto al Romanticismo como al enfoque realista contenido en el Impresionismo. El Simbolismo literario fue una tendencia que llevó a los escritores a exponer sus ideas, sentimientos y valores a través del uso de símbolos. Del mismo modo, en pintura esta corriente insinúa el uso de determinados protocolos pictóricos como, por ejemplo, la pose, el gesto o diversos atributos para expresar el significado alegórico oculto en una obra de arte.

Para los simbolistas el arte no supone una simple representación, como lo había sido para los impresionistas, sino que es entendido como una revelación de una realidad a medio camino entre el mundo subjetivo y el objetivo, entre la consciencia y el inconsciente. En el alma del hombre se esconden sentimientos innatos que los objetos reales nunca podrán satisfacer, sólo la imaginación del pintor o del poeta puede dar forma y vida a esas emociones. El Simbolismo está basado más en la experiencia emocional que en el análisis visual. Las ideas y las emociones representan esa realidad superior, múltiple y subjetiva que constituye el fundamento del Simbolismo. Según Jean Moréas, autor del Manifiesto del Simbolismo (1886), la característica esencial del arte simbolista radicaría en “no fijar nunca conceptualmente la idea ni expresarla directamente. Y por eso en el arte de las imágenes de la naturaleza, los actos de los hombres, todas las apariencias concretas no deben hacerse visibles por sí mismas, sino que han de quedar simbolizadas mediante rastros perceptibles por los sentidos y a través de secretas afinidades con las ideas originales”.

Ante este hecho, los artistas se inscriben en dos posturas antagónicas: una que retoma lo puro, la esencia, lo más elevado y la nobleza cósmica y otra posición que, por el contrario, desciende a los infiernos en busca del ensalzamiento de la muerte, del pecado y de lo diabólico. En el primer supuesto, el Simbolismo “positivo” continúa en su intento de clarificar los diferentes secretos del ser: el de la vida, las profundidades del alma, lo desconocido, la mística, lo trascendente, etc. En el polo opuesto se sitúan los simbolistas “decadentes”, que buscan enaltecer el pecado. Frente a la tendencia universalista que domina al primer grupo, los segundos se respaldan más en el yo narcisista mediante la subversión y el exhibicionismo de sus propios miedos e instintos. A través del horror y la lascivia, los “decadentes” plasman en sus creaciones lo más escondido de su ser.
Los primeros representantes del Simbolismo pictórico son los pintores franceses Pierre Cécile Puvis de Chavannes, Gustave Moreau y Odilon Redon, que emplearon colores vivos y líneas vigorosas para representar emotivas visiones soñadas que rozan lo macabro e inspiradas en temas literarios, religiosos o mitológicos. Cabe citar, entre sus seguidores al pintor holandés Vincent Van Gogh, quien sobresale por el uso del color como vehículo para expresar las emociones, y los pintores franceses Paul Gauguin y Émile Bernard. La primera muestra simbolista, organizada por Gauguin con motivo de la Feria Mundial de París de 1889-1890, supuso descubrir el trabjo de Paul Sérusier, Maurice Denis, Pierre Bonnard y Édouard Vuillard. El Simbolismo también fue una referencia en la obra de autores tan dispares como la del pintor suizo Ferdinand Hodler, el belga James Ensor, el noruego Edvard Munch y el inglés Aubrey Beardsley.


Modernismo

El Modernismo es una tendencia artística que clausura el s. XIX y se desarrolla durante el primer cuarto del siglo XX. Cabe matizar que la denominación de este movimiento varía según el país: Art Nouveau, Modern Style o Liberty en Inglaterra, Style Moderne, Modern Style o Art Nouveau en Francia, Jugendstil en Alemania, Sezessionstil en Austria, Floreale o Liberty en Italia y Modernismo en España.

Los primeros trabajos se encuentran en Inglaterra con la obra de John Ruskin, quien, influenciado por el arte gótico, publicó numeroso libros sobre literatura, pintura, arquitectura, escultura, estética y muchos otros sobre temas sociales. Sus ideas se popularizaron al influir en el movimiento Arts and Crafts Society, fundado en 1888, que se caracteriza por un retorno a la naturaleza, el acento en las curvas y las formas onduladas y los motivos vegetales junto a insectos, peces, sirenas, dragones y pájaros de colores. Ruskin fue seguido por artistas como Edward Coley Burne-Jones, William Morris, Walter Crane o Arthur Heygate Mackmurdo, entre otros. Para estos autores, la esencia está en la belleza y ha de hacerse evidente en cada obra de arte y no sólo en la obra de los artistas, sino también en los productos de la gran industria. El Modernismo es la expresión de aquella burguesía que amaba lo visual, lo estentóreo, lo bonito, lo palpitante, lo vital.

La escultura, la pintura y las artes gráficas giran en torno a un estilo más decorativo que estructural. La arquitectura, máxima representación del Modernismo, presenta exteriores en piedra, cerámica y hierro forjado e interiores con paredes curvas, con una decoración exuberante que semeja la naturaleza rítmicamente móvil. El Modernismo tiene como objeto descubrir una forma de hacer artículos valiosamente artísticos, basada en el vitalismo y la sensación de movilidad, con una referencia continua a la naturaleza, en cuanto a lo que significa de viva, de dinámica y de cambiante, volviendo a la artesanía pero sin renunciar a la creatividad. Los modernistas hacen una constante alegoría a los elementos de la naturaleza y a las fuerzas, como el agua o el viento.

En Francia, Hector Guimard diseña las entradas de las estaciones del metro de París y otros edificios como la Maison Louis Colliot (1897). En Austria, el Modernismo está representado por Otto Wagner, arquitecto de algunas casas excepcionales como la Majolikahaus de 1898 o la Ankerhaus de 1894. También destacan los alemanes Marc Klinger y August Endell. En América se distingue al ceramista y vidriero Louis Comfort Tiffany y en España, los catalanes, Gaudí, Puig i Cadafalch y Doménech i Muntaner son los arquitectos representantes del Modernismo.



EL ARTE DEL SIGLO XX


Recopilar los movimientos, corrientes y tendencias del arte del s. XX significa presentar una amalgama de “ISMOS” que, en muchas ocasiones, se solapan en el tiempo y en el espacio. La rica cantidad y variedad de cambios sociales, políticos y económicos que se dieron a lo largo del siglo pasado han hecho que el arte girara en una rueda de creatividad sin límites. En esos cien años, las tendencias artísticas fueron sacudidas constantemente, consolidando nuevos planteamientos, nuevos retos, nuevas formas de expresión. Estas innovaciones se han denominado “vanguardias” o “ismos”. A grandes rasgos se presentan los principales movimientos artísticos que tuvieron lugar en la última centuria.



* El Fauvismo

* El Expresionismo

* El Cubismo

* El Orfismo

* El Dadaísmo

* El Surrealismo

* Pintura Abstracta


- Abstracción geométrica

- Abstracción expresiva


* Últimas tendencias


- La Neofiguración o Nueva Figuración

- Pop Art

- Hiperrealismo

- Realismo social

- Op Art


El Fauvismo

El nombre procede del francés fauves (fieras). También recibieron el nombre de “incoherentes” e “invertebrados”. Se presenta como el primer movimiento vanguardista del siglo XX. Es una reacción contra el estilo de pintar de la época. Se inicia en 1903 y alcanza su mayor auge entre 1905 y 1907; a partir de 1909 los componentes del grupo se dispersan siguiendo cada uno diferentes orientaciones pictóricas. Sus antecedentes son Gauguin y Van Gogh por su cromatismo y el valor que dan al color. Los autores más representativos del Fauvismo son Henri Matisse, Maurice de Vlaminck y André Derain. En España, sobresalen Francisco Iturrino y Juan de Echevarría.


El Expresionismo

Se desarrolla entre 1905 y 1914, aunque después de 1920 todavía pueden encontrarse pintores expresionistas. Nace en Dresde (Alemania) pero pronto se despliega por todo el continente. Coincidió cronológicamente con el Fauvismo, el Cubismo y el Futurismo. Se presenta como la corriente opuesta al Impresionismo y engloba las llamadas corrientes pictóricas subjetivas, aquellas que se interesan por el contenido de la obra de arte descuidando, o no valorando, los aspectos formales. El Expresionismo se dividió en dos corrientes; “El Puente”, crítico con la sociedad, y “El Jinete Azul”, idealizador de los valores espirituales. El artista debe expresar su mundo interior ya que prevalece el sentimiento frente a la razón, es un arte totalmente subjetivo: las cosas son según las siente cada uno. El dibujo se forma con líneas rotas, figuras y objetos distorsionados, siluetas intensas. Esta deformación de la realidad acentúa la expresividad.

Sus fundamentos más directos son Gauguin y Van Gogh y sus precedentes, Edvard Munch y James Ensor. Los artistas más significativos de ambas tendencias expresionistas son Ernest Ludwig Kirchner, Emil Nolde, Oscar Kokoschka, Vasil Kandisky, Paul Klee, Franz Marc y Georges Rouault, entre otros. El Expresionismo en España e Hispanoamérica se identifica con Isidro Nonell, Ramón Casas, José Gutiérrez, Ignacio Zuloaga, Rafael Zabaleta, Benjamín Palencia, José Clemente Orozco y Diego Rivera.


El Cubismo

Se desarrolla entre 1907 y 1914 aunque permanecerá latente en todos los movimientos posteriores. Las primeras manifestaciones cubistas se producen en París en 1907, cuando Picasso pinta Las señoritas de Aviñón y Braque realiza una serie de paisajes basados en el espíritu constructivo de Cézanne. El Cubismo es un arte intelectual que surge como respuesta ante el Fauvismo, puesto que pretende restablecer el volumen en la figura y la realidad se concibe constituida por cuerpos geométricos, recubierta de colores apagados y presentada a través de engaños ópticos que descomponen y recomponen los cuerpos. El Cubismo introduce la técnica del collage, incorporación de todo tipo de materiales (papel, telas, etc.) a las obras para lograr un efecto más llamativo. Existen dos tendencias dentro del Cubismo: en el Cubismo analítico (1908 y 1911), el artista realiza un análisis intelectual del objeto descomponiéndolo en figuras geométricas y recomponiéndolo posteriormente asociando las distintas partes con entera libertad tal y como las recuerda. En cambio, el Cubismo sintético (1912 y 1914) intenta recuperar la objetividad perdida haciendo reconocible el tema representado. Los creadores de la estética cubista son Pablo Ruiz Picasso y Georges Braque. Otros autores destacados son Juan Gris, Amadeo Modigliani, María Gutiérrez Blanchard, Daniel Vázquez Díaz, Francisco Gutiérrez Cossío y Fernand Léger, por citar algunos.
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El Orfismo

Término ideado por Apollinaire, máximo letrado del Cubismo. Coincide con el Cubismo pero incluye el colorido en sus composiciones y concede gran importancia a la luz. Destacan Robert Delaunay quien, junto con Kandinsky será uno de los pioneros de la pintura abstracta.


El Dadaísmo

Nace en Zurich, entre 1916 y 1921. Engloba a un grupo de artistas, encabezados por el poeta Tristán Tzara que trataban de desmitificar y ridiculizar todos los valores de la cultura. El propio término fue escogido abriendo al azar un diccionario. Más que un estilo artístico es una actitud de oposición a la sociedad y a las artes vigentes. Sus seguidores defendían la irracionalidad y la rebeldía ante el arte, la moral y la sociedad vigentes. Utilizan el collage, empleando toda clase de materiales de desecho (trapos viejos, papeles sucios, clavos roñosos, ruedas viejas de bicicleta,…) y el fotomontaje. Autores representativos son Marcel Duchamp, Hans Arp y Francis Picabia.


El Surrealismo

Tuvo lugar entre 1925 y 1945 y también se conoce como Suprarrealismo o Sobrerrealismo. En 1924, André Breton publicó el primer manifiesto surrealista en el que defendía el automatismo psíquico puro como “medio para poder expresar, por escrito, verbalmente o de cualquier otra forma, el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, fuera de toda preocupación estética o moral”. Es un arte que mantiene una actitud irracional y el espíritu de rebeldía social, que disfruta con el escándalo y goza de gran teatralidad. La Segunda Guerra Mundial puso fin al movimiento surrealista como tal, aunque sobrevive hasta hoy como tendencia. Sus antecedentes más directos son la pintura metafísica y el dadaísmo. El Surrealismo está muy vinculado a las teorías de los sueños de Sigmund Freud, pues el artista persigue la representación de la realidad del mundo del subconsciente y concede a la realidad contemplada en estado subconsciente más valor y veracidad que a la percibida en estado de vigilia. El Surrealismo es conocido por la obra de autores como Salvador Dalí, Óscar Domínguez, René Magrite, Paul Delvaux, etc. Dentro de la Tendencia Antiobjetiva cabe destacar a Joan Miró y March Chagall, entre otros.
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Pintura Abstracta

Aunque este término se refiere a una generalización poco acertada, puesto que recoge muchos de los movimientos y autores ya citados, a continuación, se presentan diferentes tendencias artísticas que se aglutinaron bajo esta denominación genérica y que, muchas, se manifestaron a lo largo de la segunda mitad el s. XX.


Abstracción geométrica

Se inicia durante la segunda década del siglo XX. Reduce el contenido del cuadro a puras composiciones geométricas de líneas y colores planos. Está basada en el Cubismo y en el trabajo de Robert Delaunay. Incluye algunas de las siguientes tendencias.


* Neoplasticismo. Surge en Holanda hacia 1917. También es conocido como movimiento Der Stijl (El Estilo), nombre de la revista que lo promocionó. Vinculado al Cubismo, al que se considera como inmediato precedente, pero se distingue del mismo por negar el volumen. Su máximo representante es Piet Mondrian y le sigue Theo Van Doesburg. Claros ejemplos de estas tendencias son Formas circulares, de Robert Delaunay, pintado en 1930, o Broadway Boogie Woogie, de Piet Mondrian, de 1943.


Formas circulares de Delaunay, 1930


Broadway Boggie Woogie de Mondrain,1943


* Suprematismo. Creado por Kasimir Malevitch, en Rusia, hacia 1913 y dado a conocer en 1915. Es considerado como una rama del Constructivismo. Pretende armonizar las formas geométricas totalmente simples (el cuadrado, el círculo, el triángulo) de colores puros y situadas sobre un fondo plano. Se diferencia del Neoplasticismo en que el Suprematismo estructura el espacio a través de la forma. Influyó en la Bauhaus.


* Constructivismo. Defiende la funcionalidad de la obra artística. Autores significativos son Vladimir Tatlin, El Lissitzky y Antoine Pevsner, quien, junto con su hermano Naum Gabo, publica el Manifiesto realista, en 1920, base de futuros experimentos aplicables tanto a la pintura como a la escultura.

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Abstracción expresiva

Surge en Europa a partir de la Segunda Guerra Mundial desarrollándose en la década de los años 50. Su punto de partida es el Expresionismo abstracto de Kandinsky, quien parte del Expresionismo pero poco a poco se aleja de él, acercándose sólo al color que se ordena libremente según la inspiración. Se diferencia de la Abstracción geométrica en el uso de formas geométricas flexibles. Es una pintura basada en la intuición y en la subjetividad, que intenta reproducir sobre el lienzo los efectos de un determinado estado emocional. El sentimiento vuelve a prevalecer sobre la razón. Incluye algunas de las siguientes tendencias:


* Tachismo. El nombre término francés tache (mancha), y fue utilizado en 1954 para designar a una pintura que emplea manchas de colores. Algunos críticos le denominan Art Autre. Valora la expresividad del artista y su proyección psicológica en la obra artística. Destaca Jean Fautrier (1989-1964).


* Action Painting (Pintura de acción). Es el nombre que recibe en Estados Unidos el Expresionismo abstracto. Este término fue acuñado por el crítico Harold Rosenberg en 1952 para resaltar que se trata de una pintura en la que se valora el acto físico de pintar. Reacciona contra el academicismo cubista y surrealista que había triunfado entre las dos guerras mundiales. Algunos autores siguen la técnica del dripping, chorrear pintura sobre tela de manera que, al menos parcialmente, se extienda al azar. Jackson Pollock, Franz Kline, Willem de Kooning o Mark Rothyo son algunos de sus representantes.


* Pintura sígnica y gestual. Tiene las raíces en el automatismo surrealista y en el descubrimiento de las grafías y pictografías del Extremo oriente. Autores significativos son Alfred Otto Wolfgang Wols, Georges Mathieu y Jean Dubuffet.


* Pintura matérica. Los materiales empleados en la obra deben centrar la atención del artista. Ocupa el primer lugar en la escala de los valores artísticos e, incluso, es más importante que la forma, despreocupándose por el dibujo y la composición. La obra es confeccionada con los más diversos materiales: cortezas, trapos, arpilleras, telas metálicas, jirones de tejido cosidos sobre un armazón metálico, arena, serrín, barnices, etc., unidos y pintados para conseguir efectos sorprendentes. La utilización de materiales de este tipo y otros muchos de desecho se hace cada vez más frecuente. Los primeros ejemplos pueden verse en algunos trabajos de los primeros surrealistas y dadaístas. Destacan Dau al Set, grupo artístico nacido en Barcelona en 1948, Modest Cuixart, Antoni Tàpies, Antonio Saura, Manuel Millares, Rafael Canogar, Manuel Viola, Martín Chirino y Alberto Burri.


Últimas tendencias

A partir de la década de los 60, Norteamérica impone supremacía en el terreno artístico, tomando la iniciativa con la invención de nuevas técnicas y lenguajes artísticos. Es una etapa de búsqueda de nuevos caminos. Los artistas utilizan toda clase de métodos naturales o no naturales (por ejemplo, las drogas), así como materiales no considerados como artísticos hasta ahora (plásticos, chatarras, objetos usados). Se concede gran importancia a la luz, al movimiento y al sonido en las nuevas experiencias plásticas. Las corrientes o tendencias aparecen y desaparecen rápidamente, algunas incluso no han pasado de ser infructuosos intentos de nuevas experiencias. Como reacción contra las tendencias geometrizantes y abstractas anteriores, se tiende, a partir de 1960, a una nueva figuración aunque no se olviden totalmente las experiencias pasadas. Algunas de ellas son:


La Neofiguración o Nueva Figuración

Fue una reacción contra el Expresionismo abstracto, intentando recuperar la realidad pero sin caer en el Realismo académico. Se pretendía hacer un arte asequible a las mayorías. Composiciones desordenadas, colores vibrantes, perspectivas extrañas y no convencionales. Temas: principalmente interesa la figura humana contemplada bajo un punto de vista pesimista, para lo cual distorsiona los miembros de las figuras. Francis Bacon, Antonio Saura y Jean Dubuffet son algunos de sus seguidores.


Pop Art

Popular Art, entendiendo por “popular” lo vulgar, se conoce también como Novorrealismo. Se desarrolla fundamentalmente en Estados Unidos, aunque surge en Inglaterra. Sus antecedentes son el Dadaísmo y los “ready-made” de Duchamps. Se basa en la inclusión en la obra de arte de objetos tomados de la sociedad de consumo (botellas de Coca-Cola, latas de cerveza, elementos de objetos de uso común, materiales de desecho); hasta entonces considerados indignos de figurar en una obra de arte y a los que se intenta dotar de un valor artístico. También emplea materiales “kitsch”: término alemán equivalente a objeto o acción de mal gusto. Se inspira en los cómics, en los anuncios publicitarios, en las fotonovelas, etc. Se pueden presentar dos corrientes: una de carácter conformista y otra crítico-social y sobresalen Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, James Rosenquist y Andy Warhol como los autores más populares.


Hiperrealismo

Movimiento también conocido como Realismo radical o Fotorrealismo. Surge en Norteamérica en 1966 al celebrarse en el Museo Guggenheim de Nueva York una exposición sobre fotografía. A Europa llegará hacia 1972. Trata de conseguir que la realidad pintada sea tan real como la realidad de la naturaleza, de tal forma que puedan incluso confundirse. Incluso en ocasiones pone de manifiesto que hay aspectos de la realidad que el ojo humano no puede percibir. Como técnica, se sirve de proyecciones ampliadas de diapositivas y fotografías que se traduce en una falsa creatividad pues, aunque las imágenes están técnicamente muy cuidadas, parecen copias. Lo representan John C. Kacere, Noel Mehaffrey, Richard Blackwell o Antonio López García, entre otros.


Realismo social

También conocido como “Crónica de la sociedad”. Sus obras poseen un sentido crítico de la problemática moderna y un fuerte sentido político, y su temática se centra en la violencia, el terror junto a la desmitificación de acontecimientos históricos y culturales. Emplea técnicas muy variadas, heredadas de movimientos anteriores. Juan Genovés y Rafael Canogar pertenecen a esa tendencia.


Arte Óptico-Cinético o Op Art

Abreviatura de Optical Art es un término utilizado en contraposición al de Pop Art, para designar el arte visual interesado sobre todo en los fenómenos perceptivos y cinéticos. Su antecedente fue la Abstracción geométrica. No pretende representar el movimiento sino dar la sensación de movimiento. Se basa en principios científicos y utiliza medios estrictamente pictóricos: reproduce figuras geométricas capaces de originar efectos ópticos de movimiento mediante la interacción de líneas y color.

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